miércoles, 18 de abril de 2007

Hablamos de Toledo

Hablamos de una tierra de campesinos y clérigos, de un río bajo altos barrancos, de una muralla, sus puertas y sus torres. De estrechas calles adoquinadas por las que discurre el legado de los pueblos y civilizaciones de antaño; de rincones de ensueño, cobijo de cuentos y leyendas. De plazas y mercados donde la algaravía acalla el ruido del tráfico, del mismo modo que siglos atrás acallaba los berridos de las bestias de carga. Hablamos de Toledo.

Buena temperatura. En el marco de un curso de humanidades centrado en el estudio de la Santa Inquisición, unos treinta jóvenes nos citamos en la estación de autobuses de Toledo preparados para escuchar al profesor que ejercerá de guía. El Hospital del cardenal Tavera-Museo Duque de Lerma (Renacentista, del siglo XVI, influyó en la traza de El Escorial), la Puerta Vieja de Bisagra, la Puerta del Cambrón, los innumerables conventos e iglesias de la villa de Toledo... son sólo algunas de las paradas en el recorrido.

Por supuesto, la antigua sede de la Santa Inquisición, ahora facultad de ciencias sociales y jurídicas de la Universidad de Castilla la Mancha; el museo sefardí, ubicado en la bella Sinagoga del Tránsito. Las religiones son objeto de análisis durante la excursión, así como las construcciones relacionadas con ellas y los detalles más anecdóticos de las mismas.

Quizá es cierto lo que un amigo me dijo sobre Toledo, que "es una ciudad para un precioso fin de semana", sin embargo, las tapas servidas en el Enebro son interesante reclamo para volver a divisar la esbelta figura del alcázar, escuchar el susurro del río Tajo o disfrutar de la fresca sombra de los callejones toledanos.
Iñaki Sanjuán

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